Arroz con leche de la abuela cremoso y tradicional

Arroz con leche de la abuela cremoso y tradicional

El arroz con leche de la abuela es uno de esos postres que despierta recuerdos, olores y emociones. No hay quien no recuerde la calidez de la cocina cuando se preparaba lentamente, removiendo con paciencia para conseguir esa textura inconfundible que lo hace único.

Su aroma dulzón y suave llenaba la casa y anunciaba que algo especial estaba a punto de servirse.

A lo largo de los años, esta receta ha pasado de generación en generación, conservando siempre la esencia de lo casero y lo auténtico.

Aunque hoy existan versiones modernas y rápidas, nada se compara al sabor del postre preparado con calma, como hacían las abuelas, cuidando cada detalle para obtener el mejor resultado posible.

El arroz con leche de la abuela no solo es un dulce, es también un viaje a la infancia, un regreso a las sobremesas familiares y a los momentos de sencillez que hoy tanto valoramos.

Es un postre humilde, pero con una capacidad enorme de reconfortar el alma y de reunir a todos alrededor de la mesa.

Su historia se remonta a tiempos antiguos, cuando los ingredientes eran pocos y había que sacar el máximo partido de lo disponible.

El arroz, la leche y el azúcar se unían en un ritual de cocción lenta que, con el paso del tiempo, se convirtió en un símbolo de tradición y hogar.

Hoy, preparar arroz con leche de la abuela es mucho más que cocinar: es rescatar una parte de nuestra cultura y mantener viva una costumbre que nos conecta con nuestras raíces.

Cada cucharada cuenta una historia, y cada plato es un homenaje a quienes lo hicieron posible.

Ingredientes del arroz con leche de la abuela

  • 200 g de arroz redondo
  • 1 litro de leche entera
  • 200 g de azúcar
  • 1 rama de canela
  • La cáscara de 1 limón
  • 1 pizca de sal
  • Canela en polvo para decorar

Tiempo de preparación

  • Preparación: 10 minutos
  • Cocción: 45 minutos
  • Total: 55 minutos

Preparación del arroz con leche de la abuela paso a paso

En primer lugar, coloca la leche en una olla amplia junto con la rama de canela, la cáscara de limón y una pizca de sal.

Lleva a fuego medio hasta que comience a hervir suavemente, removiendo de vez en cuando para que no se pegue.

A continuación, añade el arroz en forma de lluvia y baja el fuego al mínimo. Remueve constantemente para que los granos se vayan soltando poco a poco y absorbiendo la leche de manera uniforme.

Durante la cocción, continúa removiendo con paciencia, ya que este es el secreto para conseguir la textura cremosa característica del arroz con leche de la abuela.

Si la leche se reduce demasiado, puedes añadir un poco más caliente para mantener la cremosidad.

Pasados unos 35 minutos, incorpora el azúcar y sigue removiendo hasta que se disuelva completamente. Deja cocinar unos minutos más, siempre vigilando que no se pegue.

Finalmente, retira la canela y la cáscara de limón. Sirve el arroz en cuencos individuales y espolvorea con canela en polvo antes de llevar a la mesa.

Consejos para que el arroz con leche de la abuela quede perfecto

Remueve constantemente: así evitarás que se pegue y conseguirás una textura cremosa.

No subas el fuego: la cocción lenta es fundamental para que los granos absorban la leche poco a poco.

Usa leche entera: es la clave para un sabor más auténtico y una cremosidad irresistible.

Con qué acompañar el arroz con leche de la abuela

El arroz con leche de la abuela puede disfrutarse tanto frío como templado. Es ideal acompañado de un café, un té aromático o incluso como postre después de una comida especial. También combina muy bien con frutas frescas como fresas o rodajas de plátano.

Cómo conservar el arroz con leche de la abuela

Para conservarlo, guarda el arroz con leche en recipientes herméticos dentro del frigorífico. Aguanta en perfecto estado durante 3 o 4 días. Antes de servirlo de nuevo, puedes añadir un chorrito de leche para recuperar la textura cremosa original.

Variantes de la receta

Con leche condensada: aporta un dulzor extra y una textura aún más suave.

Con toque de licor: unas gotas de anís o ron le dan un aroma muy especial.

Versión ligera: se puede preparar con leche semidesnatada o vegetal, aunque la textura cambia ligeramente.

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