Crema de Calabaza Asada con Crujiente de Semillas
Esta crema es una celebración de los sabores de otoño e invierno, ofreciendo un plato reconfortante y lleno de matices dulces y ahumados gracias al proceso de asado. Su textura sedosa y su vibrante color la convierten en un entrante elegante o un plato principal ligero y nutritivo. Es la calidez de un abrazo en un cuenco, ideal para los días más fríos.
Preparar sopas y cremas en casa te permite aprovechar al máximo los vegetales de temporada. Esta receta, en particular, demuestra cómo la cocción lenta y el asado pueden transformar un ingrediente simple como la calabaza en una base de sabor profundo y complejo, un verdadero regalo para el paladar.
La dulzura natural de la calabaza asada se equilibra a la perfección con las especias como el jengibre y la nuez moscada. El toque final del crujiente de semillas aporta una textura inesperada que contrasta con la cremosidad de la sopa, haciendo de cada cucharada una experiencia sensorial completa.
A pesar de su apariencia sofisticada, esta crema es muy fácil de preparar. Gran parte del trabajo lo hace el horno, lo que te permite relajarte mientras los sabores se desarrollan. Es una opción práctica para cualquier persona que desee una comida saludable y deliciosa sin complicaciones.
La crema de calabaza asada es un recordatorio de que los platos más simples a menudo tienen el mayor impacto. Es un plato que nutre el cuerpo y el alma, una deliciosa prueba de que comer bien es un placer.
INGREDIENTES
- 1 kg de calabaza, pelada y troceada
- 1 cebolla grande, troceada
- 2 dientes de ajo
- 1 litro de caldo de verduras o pollo
- Aceite de oliva virgen extra
- Media cucharadita de jengibre en polvo
- Una pizca de nuez moscada
- Sal y pimienta al gusto
- Un puñado de semillas de calabaza o girasol para decorar
PREPARACIÓN
Precalienta el horno a 200°C. En una bandeja de horno, extiende los trozos de calabaza, la cebolla y los ajos. Rocíalos con un buen chorro de aceite de oliva, salpimienta y añade el jengibre y la nuez moscada. Remueve bien para que se impregnen de sabor.
Asa las verduras durante 30-40 minutos, o hasta que la calabaza esté tierna y ligeramente dorada. El asado carameliza los azúcares naturales y potencia enormemente el sabor de la crema.
Una vez asadas, transfiere las verduras a una olla grande. Vierte el caldo de verduras o pollo sobre ellas. Cocina a fuego lento durante unos 10-15 minutos para que los sabores se fusionen completamente.
Retira la olla del fuego. Con una batidora de mano, tritura la mezcla hasta obtener una crema suave y sin grumos. Si la prefieres más líquida, puedes añadir un poco más de caldo. Rectifica de sal y pimienta si es necesario.
Para servir, vierte la crema caliente en cuencos y decora con unas semillas de calabaza o girasol para aportar un toque crujiente. Un chorrito de aceite de oliva virgen extra también es una excelente idea.
Esta crema de calabaza asada es un plato completo y nutritivo que te hará sentir reconfortado y satisfecho. Es una forma deliciosa de disfrutar de un plato de cuchara lleno de sabor.
Disfruta de la calidez y los sabores de este plato. Es una receta que demuestra que la cocina simple y casera es la mejor.