Focaccia de Romero y Aceitunas con Sal Marina
Esta focaccia es mucho más que un simple pan. Su miga aireada y esponjosa, combinada con el sabor intenso de las aceitunas negras y el aroma fresco del romero, la convierten en el acompañamiento perfecto para cualquier comida o un aperitivo delicioso por sí sola. Es un pan que tiene una historia y un sabor que lo hace único.
Hornear pan en casa puede parecer intimidante, pero esta receta es sorprendentemente accesible y gratificante. El resultado es un pan con una corteza dorada y crujiente y un interior que se deshace en la boca, un verdadero placer para los sentidos que te hará sentir orgulloso de lo que has creado.
La combinación del romero, las aceitunas y la sal marina es un clásico de la cocina mediterránea. Cada bocado de esta focaccia es una explosión de sabores que te transportará a una soleada terraza en Italia. Es una receta que celebra la simplicidad y la riqueza de los ingredientes naturales.
Lo mejor de esta focaccia es su versatilidad. Puedes servirla con aceite de oliva, acompañar guisos, o simplemente disfrutarla sola. Es una opción perfecta para una cena especial, una comida al aire libre o simplemente para disfrutar en casa con la familia.
La focaccia de romero y aceitunas es la prueba de que un pan bien hecho es una de las mayores alegrías de la vida. Es un pan con fundamento, una receta que te invita a saborear la tradición y la magia de la panadería casera.
INGREDIENTES
- 500g de harina de fuerza
- 10g de sal
- 5g de levadura fresca de panadero
- 350ml de agua tibia
- 50ml de aceite de oliva virgen extra
- 100g de aceitunas negras, sin hueso
- Una rama de romero fresco
- Sal gorda o en escamas para decorar
PREPARACIÓN
En un bol grande, mezcla la harina y la sal. En un recipiente aparte, disuelve la levadura fresca en el agua tibia y deja reposar durante unos minutos. Esto activará la levadura y asegurará un buen crecimiento del pan.
Vierte la mezcla de agua y levadura en el bol de la harina. Mezcla con una espátula hasta que no quede harina seca. Cubre el bol y deja reposar durante 30 minutos. Después, añade 25ml de aceite de oliva y amasa por 5 minutos, doblando la masa sobre sí misma. Repite este proceso de doblado cada 30 minutos durante 2 horas.
Una vez que la masa haya crecido y esté elástica, engrasa una bandeja de horno con el resto del aceite de oliva. Vierte la masa y extiéndela con los dedos para que cubra toda la bandeja. Con tus dedos, haz hoyuelos en la superficie de la masa. Este es un paso clave para la textura de la focaccia.
Distribuye las aceitunas y las ramitas de romero sobre la masa, presionando ligeramente para que se hundan. Cubre con un paño y deja reposar en un lugar cálido durante 1 hora, o hasta que la masa haya duplicado su tamaño.
Precalienta el horno a 220°C. Antes de hornear, rocía la focaccia con un poco de agua y espolvorea sal gorda por encima. Hornea durante 20-25 minutos, o hasta que esté dorada y crujiente por fuera.
Una vez horneada, deja enfriar la focaccia en una rejilla. Es irresistible cortarla en trozos y disfrutarla tibia, con el aceite de oliva extra y el aroma de las hierbas.
Esta focaccia es un pan que te hará sentir como un experto panadero. Es una receta que celebra la tradición y la sencillez de los ingredientes, un verdadero placer para todos tus sentidos.