Cuando el frío se cuela por la ventana, no hay nada como el aroma a especias recién horneadas para traer calidez al hogar. Estas galletas combinan el toque picante del jengibre con el cítrico refrescante de la naranja, creando una experiencia reconfortante que te transportará a un momento de paz y calma, ideal para disfrutar con una taza de té o café.

La repostería casera es una forma fantástica de cuidar de uno mismo y de los demás. Con esta receta, no solo prepararás un dulce delicioso, sino que también crearás un ambiente acogedor y lleno de aromas que invitan a la relajación y a los buenos momentos.

La combinación del jengibre, la canela y la naranja es un clásico de la cocina reconfortante. Cada bocado de estas galletas es una pequeña explosión de sabor que te hará sonreír, un recordatorio de que los pequeños placeres son los que hacen la vida más dulce.

Su preparación es muy sencilla, por lo que es la actividad perfecta para una tarde tranquila en casa. No necesitas ser un experto para lograr unas galletas crujientes por fuera y suaves por dentro, perfectas para compartir o disfrutar en soledad.

Las galletas de jengibre y naranja son mucho más que un postre. Son una invitación a la pausa, a la calidez y a la alegría sencilla que se esconde en los sabores de siempre, pero con un toque especial.

INGREDIENTES

• 150g de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
• 100g de azúcar moreno
• 1 huevo grande
• 300g de harina de trigo
• 1 cucharadita de jengibre en polvo
• 1 cucharadita de canela en polvo
• La ralladura de una naranja grande
• 1/2 cucharadita de levadura en polvo
• Una pizca de sal

PREPARACIÓN

Precalienta el horno a 180°C y cubre una bandeja de hornear con papel vegetal. Un buen inicio es la mitad de la batalla para hornear perfecto.

En un bol grande, bate la mantequilla con el azúcar moreno hasta obtener una mezcla suave y cremosa. Un batido enérgico asegura una textura ligera.

Añade el huevo y la ralladura de naranja, batiendo hasta que se integren por completo. El aroma cítrico llenará tu cocina en este paso.

En un recipiente aparte, mezcla la harina, el jengibre en polvo, la canela en polvo, la levadura y la sal. Remueve bien para distribuir las especias.

Agrega los ingredientes secos a la mezcla húmeda, poco a poco, mezclando suavemente con una espátula hasta que se forme una masa. Evita amasarla demasiado.

Forma pequeñas bolas con la masa y aplánalas ligeramente sobre la bandeja de hornear, dejando espacio entre ellas. Su forma es lo que les dará el carácter rústico y casero.

Hornea durante 12-15 minutos, o hasta que los bordes estén dorados. Deja que se enfríen por completo en la bandeja antes de moverlas para que no se rompan.

Estas galletas son el antídoto perfecto para los días grises, una explosión de sabor que reconforta el alma. Son ideales para regalar o para darte un capricho personal.

Disfruta de la sencillez de un postre casero que te hace sentir bien, desde el momento en que las horneas hasta el último bocado.